Llevo un tiempo sin subir nada porque he estado de baja sin poder usar las manos y llevaba tiempo queriendo publicar una entrada explicando los objetivos que me planteé con el segundo libro una vez terminado el primero. Pero antes de pasar a los objetivos, me gustaría mostrar todo el proceso creativo por el que pasé para crear este libro.
Una vez que tenía escrito la historia, comencé bocetando a los niños de la clase de mi sobrino para ir calentando motores.
Cuando sentí que ya estaba lo suficientemente familiarizada con sus rostros estuve comencé a buscar y definir el estilo.
Una vez encontrado el estilo y antes de pasar a la fase de los lápices, boceté lo que iría en cada página usando la técnica de las miniaturas (thumbnails).
Sudé lo no estaba escrito para dar la forma final a las ideas plasmadas en los bocetos cutres de las miniaturas. Lo que más me costó fueron las páginas «galácticas.
Antes de poner a pintar cada página, estuve explorando la iluminación con la escala de grises.
Una vez acabado este paso, llegó el tal temido bloqueo creativo, no conseguía dar con una paleta de colores que me gustase o convenciese. Así que me vi obligada a parar, hacer cursos relacionados con el color y después retomarlo aplicando dichos conceptos.
Me volví un poco loca pero una vez que di con ellos me quedé bastante satisfecha con la elección.
Y este ha sido todo el recorrido que hice desde que tuve la idea hasta que lo acabé. Confieso que fue largo, porque me tomé ciertos descansos entre fase y fase y la crisis creativa me llevó su tiempo.
Volviendo al tema de los objetivos que me propuse a la hora de afrontar este nuevo libro fueron los siguientes:
1. Ilustraciones a doble páginas.
En el primer libro solo cuento con una ilustración a doble página (página 12-13), el resto de ilustraciones son «spot illustrations» (ilustraciones sueltas normalemente sobre fondo blanco – página 2, 5,15) y página enteras.
En el segundo libro he tirado más de la doble página para poder crear atmósferas con muchos detalles y que no se sintiera abrumador, que la ilustración respirase al tener espacio suficiente.
2. Meter más personajes
En el primer libro diseñé tan solo dos adultos y tres niños. Por eso quise meter más niños en este libro, representándolos desde diferentes ángulos, que mirasen para arriba, para abajo, de perfil, de 3/4…
Y también quise que mostrasen diferentes emociones.
En relación a los adultos, quería por lo menos meter un adulto ficticio (el padre de la niña) que no estuviera basando en alguien conocido.
3. Jugar con la profundidad de campo
4. Quería que las ilustraciones fuesen más ambiciosas
Por eso me metí dibujé un colegio galáctico que me llevó su tiempo plasmarlo porque al principio no sabía muy bien cómo. Por eso también quería meter animales, mostrar escenas en la naturaleza y que al pasar la página llevara al lector a un escenario diferente. Para eso jugué mucho con la paleta de colores y la iluminación para crear una atmósfera diferente en cada escenario.
5. Incluir lettering
6. Añadir texturas
Tenía claro desde el principio que quería meter texturas porque me resultan muy atractivas y creo que aportan calidez a la ilustración.